04 julio 2012

La bradicardia de los cangrejos

De pequeño, con apenas siete años, recuerdo acompañar a mis abuelos a comprar a la pescadería. mientras ellos compraban, yo me acercaba a una gran caja llena de cangrejos que tenía el pescadero junto a la pared. Me subía a una silla y desde ahí arriba podia ver a todos esos cangrejos intentando trepar las paredes de la caja.  
 Por un lado me daban miedo, pensaba que podían coger mis dedos con sus pinzas, pero por otro lado, tenía la tranquilidad de saber que nunca podrían subir aquella caja. Veía como lo intentaban pero, entre que se escurrían con el plastico de la caja y que unos a otros no se dejaban subir, nunca conseguían nada. Mi condición de niño, no era suficiente para controlar mi parte de cabrón. Mis brazos agitaba la caja y podía ver como se movían con mas violencía de un lado a otro. Lo hacía con la tranquilidad de saber que no me podían hacer nada, siempre y cuando...las altas paredes de la caja siguieran ahi.  Cuando había muchos cangrejos, tenían mas cerca el borde de la caja y estaban mas cerca de poder salir, pero el pescadero les ponía una tapadera que les dificultaba salir. 

Todos los sábados pasaba por la pescadería, me subía a aquella banqueta y agitaba la caja de cangrejos. Esperaba a que estuvieran cerca del borde y otra vez, cruelmente, volvía a agitar y volvían a caer.

Aun así, la caja siempre podría volcarse y liberar a todos esos cangrejos. 

Hoy, yo (y tú) somos cangrejos. rodeados por unas grandes paredes de una caja, que controlan nuestra libertad, con tal que aquel que agita la caja siempre tenga el control. Si supieramos que esas paredes no se pueden trepar, que escurren, si supieramos quienes son esas paredes, tal vez podríamos darnos cuenta que solo apoyandonos unos a otros podríamos salir de la caja.

Pensé  que esas paredes son el camino que comunica la caja con la libertad del exterior, si ese camino nos comunica, estas paredes tenían que ser los medios de comunicación. 

Ahora se que soy un cangrejo, que tu eres otro cangrejo, y que dentro de la caja convivimos con muchos otros cangrejos. ahora comprendo porque esas paredes de la caja, esos medios de comunicacion, no nos permiten encontrar lo de fuera.  Ahora se que, cuando piensas que estas cerca de salir de la caja, hay una tapadera, que lo impide. los antidisturbios tienen cara de tapaderas, los tenientes y los capitanes del ejercito tambien son caras-tapaderas. 

Un cangrejo nunca debe creer que las paredes de la caja le van a ayudar a ver lo de fuera. Por eso los cangrejos no leen periodicos, ni ven la televisión. Y es ahora, intentando huir de esa maldita caja, cuando los cangrejos se dan cuenta que nunca tuvieron que confiar en aquellas redes que vieron en el mar. Y si algo duele ahora a los cangrejos de la caja, es no poder avisar a los cangrejos que quedaron en la mar, que nunca, nunca confien ni en las redes, ni en el hombre.

Pero no es nada facil, siendo cangrejo, saber quien está agitando la caja. 

Las personas huimos por miedo y cuando el miedo es a uno mismo, es imposible huir. Paradojicamente, cuando un cangrejo huye, su corazon se relaja, y late mas lentamente. Los cientificos lo conocen como bradicardia, para mi simplemente es huir sin miedo.  

Muchos podreis pensar que la vida del cangrejo en la caja es una puta mierda de vida.
Y lo es... 

Pero siempre seguirá habiendo cangrejos libres en el mar. 



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