11 mayo 2012

Vagabundos y trileros


Sería lunes, creo recordar. Volvía hacia mi casa, un pequeño apartamento prestado, en el centro de Madrid, a eso de las dos de la mañana. El suelo estaba mojado, una de esas lluvias tontas de Mayo. Al doblar la esquina de la calle que lleva a mi casa hay un Banco Santander. Suele haber tortas entre los vagabundos por ese portal, es amplio, seco y no muy frío...
La calle en silencio, en mi cabeza el eterno tic tac de un reloj que no cesa y que sólo se oculta con la música. Cualquier melodía que mate a ese reloj.


Era extraño encontrar ahí durmiendo a mi viejo amigo el vagabundo, mas bien lo suelo ver por las tardes, sentado en un banco de madera cerca de mi casa, junto a su fiel perro y con su cartón de vino. Pero no es fácil conversar con un vagabundo a plena luz del día, no están muy habladores a esas horas. Ni ellos ni tú. Sólo son sombras entre gente seria con prisas y demasiadas preocupaciones.
La noche es distinta, por muy extraño que parezca, al haber menos gente, ellos se sienten un poco mas persona y menos error. Menos mierda.

Allí estaba, mi viejo amigo el vagabundo. Me detuve y asomé mi mirada a ver si dormía o no. No pude verlo y justo cuando decidí continuar mi marcha hacia mi casa, pude escuchar la voz ronca del viejo:

-adiós hombre, que no saludas-.

Me di la vuelta hacia él. Le dije que no sabia si dormía y que por eso me iba. El viejo se incorporó sobre una sucia manta, echó otro trago a su cartón de vino y me dijo que tenemos una idea muy diferente de lo que es dormir. Se levanto con bastante dificultad, apoyando sus manos en la pared del cajero del banco y se acerco lentamente hacia mí mientras su pequeño perro negro ya olisqueaba mis pies. 

Me pidió algo de dinero para comer y beber, siempre lo hacia. Le dije que no tenia nada suelto y me dijo que no tenia porque ser suelto, que aceptaba billetes de cien. No era la primera vez que me hacia esa broma. La ironía es de lo poco que te queda cuando duermes en el suelo. Supongo.

Todavía no se si el viejo me habla de billetes de cien euros o pesetas. No soy bueno con las edades, pero calculo que debe tener cerca de los setenta, muy mal llevados. Tal vez tenga treinta y cinco, pero parecen setenta. Una inmensa barba blanca y una tripa que asoma por debajo de unas cuantas camisetas sucias y descosidas. Y el pelo largo y liso como San Pedro. En la bondadosa mirada del viejo y de su perro podías aprender mas cosas que en toda la E.S.O junta.
Después de muchas charlas, todavía no se si me habla por las pocas monedas que le pueda dar, o simplemente porque piensa que una conversación conmigo es algo mas interesante que seguir tirado en el portal del banco. 

El otro día, tal vez por ser de noche insistió en que le diera algo para comer. El viejo no era consciente que no había tanta diferencia entre él y yo, y que tal vez simplemente yo aparentaba mejor que él ser lo que no soy.
La chaqueta de cuero, los zapatos o la gorra engañan al viejo. O el se deja engañar. Seguramente no se planteé todas estas cosas que yo si me planteo.
Ese día podía haber seguido mi camino pero sabía que una mala mano en las cartas no me habría dejado dormir, así que decidí sentarme en el banco con el viejo vagabundo.
Apestaba a vino barato. 

-No te entiendo viejo, ¿como puedes estar tan gordo si no tienes un duro para comer?. Para mi que vas de farol. - le dije al viejo vagabundo con la misma ironía con que el me hablaba.

-Mira, ¿ves esa papelera de ahí? ¿Clavada en esa farola? Lleva años ahí sin moverse, sin hacer nada. La gente pasa y le echa mierda dentro. Da igual que pase mucha o poca gente, solo sirve para eso, para que le echen mierda. Hay días que me paso horas delante de la papelera y pienso que ella es mas útil para la sociedad que yo. La gente echa cosas a esa papelera que yo querría. Tiran aveces la mitad de un bocadillo o de un pitillo porque se van a meter al metro y no tienen tiempo para terminarlo. Se lo dan a esa papelera antes que a mi. 

-Pero eso no tiene nada que ver con que estés gordo-. Le contesto, sin quitar mi vista de la papelera, intentando no ver sus húmedos ojos arrugados y con la única intención de borrar de mi mente el drama que supone entender las palabras que me acaba de decir el viejo.

-Estar gordo es un problema para mucha gente, para un sadhu no tanto. ¿Sabes? De joven yo ligaba con todas las chicas de mi barrio-. dice el viejo con orgullo antes de volver a echar un trago a su cartón de vino y hacerme una pregunta:

-¿te acuerdas lo que te pregunté la ultima vez que te vi?

-Creo que si. Me preguntaste que porqué la gente cada vez sonríe menos. Que Porqué van tan serios por la calle. Te dije que lo pensaría

-¿has pensado?-. insiste el viejo.

-Bueno... veras. No se qué decirte. Están en crisis. Creo que sin ser conscientes de ello viven asustados. Los que no tienen dinero porque no lo tienen, y los que si lo tienen porque piensan que lo pueden perder. Pensé bien tu pregunta. Al rato de despedirme de ti cogí el metro y pude ver todas esas caras serias, tristes. Cada vez trabajan mas. No levantan sus ojos de sus teléfonos. Al llegar a casa, cogí un papel y un lápiz para intentar entender qué está pasando. Últimamente creo que me estoy volviendo loco. Es como si estas en una playa, ves que viene una ola gigante, de veinte metros de altura y tu te pones a gritar a toda la gente que esta tumbada tomando el sol: rápido! Corred! Corred! Viene una ola gigante! joder corred! Y nadie mueve su puto culo de su toalla. Poco a poco ves como algunos se levantan y salen corriendo, pero toda la demás gente sigue ahí tumbada, mirándote a ti, sin mirar la ola. 

No entiendo nada de esta sociedad. La gente trabaja y trabaja para ahorrar y pagar impuestos. Ellos trabajan y van metiendo su dinero en un banco, y pagan sus carreteras, su luz, por aparcar, pagan por todas esas cosas. Un buen día, nos dicen que estamos en crisis y yo me pregunto, bueno ¿y por qué estamos en crisis si toda esta gente no ha dejado de trabajar como todos los días? ¿que han hecho mal?
Y entonces,todo ese dinero que humildes trabajadores han ido metiendo en sus bancos nos dicen que se ha perdido y que van a usar todo ese dinero que los mismos trabajadores usan para pagar sus impuestos para recuperarlo.
 Es de locos. 
Nos hablan de primas de riesgo, de valores de la bolsa, nos hablan de todas esas cosas extrañas pero, viejo, yo lo único que veo es un robo!
Miro mi dibujo y no veo otra cosa. Y entonces pienso, lo mismo me volví loco y el problema es mio-.

El viejo tenía la mirada fija en las estrellas, durante todo el tiempo que yo le estaba hablando, miraba una y otra estrella, se recreaba en ellas. Sus ojos seguían con el brillo de las lágrimas eternas que tienen esas personas que ya han vivido mucho.

-Está bonito hoy el cielo-. Me contestó.

-No me llega la vista, además, yo veo nubes, no estrellas-. Le dije con recelo, pensando que no escuchó nada de lo que le dije. Vino otro de esos silencios que el viejo usaba para beber su vino.

-Eso no es bueno. Como tu ves nubes, no puedes creer que otros si veamos las estrellas. Pero yo las veo y quizás algún día tu puedas verlas.... Veras hijo, me parece que la gente normal tan solo quiere crecer, enamorarse, tener hijos, o no tenerlos, tomar cervezas con sus amigos, ir de viaje a sitios bonitos, ver películas, jugar en un parque o visitar a su familia. Ellos quieren trabajar para pagar sus gastos. Me parece que la gente normal no crece pensando “quiero tener problemas o que me compliquen la vida”. La gente normal tiene miedo de los quirófanos, de los juzgados y por su puesto, del cementerio.

A toda esa gente le gustaría pasear por tu playa, esa playa de la ola gigante, pero ¿sabes una cosa? Creo que no han visto que viven en un mundo donde desde muy pequeño te dicen que pasear es andar despacio, y despacio es....fracasar, y que tienes que correr, tienes que correr por una autopista, donde si te paras puede venir un coche y atropellarte. La gente normal, esa que de niños pensaban que lo mas bonito que hay en el mundo es enamorarte, ahora solo podrán ser felices alrededor de un dichoso y maldito número, el de su cuenta corriente. Y si ese numero baja, no habrá amor en el mundo que los mantenga felices, porque ya no están en la playa, paseando, están en esa autopista llena de coches corriendo y pitando, autopista que llamáis Capitalismo, Democracia, Occidente y todas esas mierdas. Os habéis inventado un sistema y creéis que es el menos malo de los sistemas. Pero te esconden toda la mierda que esa gran sistema capitalista donde vives tiene. Porque tiene mierda, claro que la tiene amigo. La mierda de medio mundo muriéndose de sed, por no poder tener agua, la miseria de un mundo con niños que trabajan 18 horas al día para que tu tengas unos putos pantalones vaqueros de marca sujetando tus huevos. Ese es tu gran Capitalismo Financiero triunfal amigo. Un Capitalismo que se inventa que unos locos con trapo en la cabeza y barba te quieren matar, para así robarles su petroleo. Y allí murieron muchos niños.
 Te dicen que tiene que ser así, que el mundo es así, con sus miserias, sus pobrezas y que hacen todo lo posible por cambiarlo, pero es mentira. Bajo por la calle, con mi perro y veo en los escaparates bolsos de mil euros con los que se podría pagar la vida de un pobre muchacho en cualquier pueblo perdido de África. Relojes de oro de miles de euros que salvarían vidas. 
 En tu Capitalismo no sirve preguntarse de donde viene ese oro, o quien esta dentro de esa mina sacando el oro.

Pero nadie sabe ya de solidaridad. Es una palabra que cada vez cuesta mas decir, que ya no sabemos ni que coño quiere decir. La gente solo entiende de amor, amor a uno mismo para sobrevivir. Es así. Ya no saben donde esconder tanta tristeza, se la pasan unos a otros y terminan pensando que ser feliz es "me va mejor que a mi vecino". Me da mucha pena eso.

Nadie se para a pensar, que capitalismo viene de capital y que romanticismo viene de romance. Y yo me pregunto de donde viene libertad, no viene de ninguna parte.
En esta puta sociedad vales lo que tienes, nunca lo que puedes dar. Que triste amigo. Ellos ganan, otros pierden-.

El viejo vagabundo echa un trago a su vino para refrescar sus ásperos labios, no acostumbrados a tanto hablar. Su rostro a cambiado, esta mas serio. Siento como se resigna y enfurece al contarme estas cosas. Sus ojos brillan. Pero no puede callarse. Y sigue...

-Yo creo en la esperanza, ¿sabes? No hay día que no piense que al final va a venir la gente buena e inteligente y van a acabar con todo esto. No lo digo por mi, yo ya no necesito ayuda, lo digo por todos esos niños que veo jugar y sonreír en los parques y creo que alguien los va a salvar de todo esto. Pienso que vendrán los chicos listos, solidarios y que todo va a cambiar.
Es una pena, un tipo inteligente estudia ocho años cómo crear energía libre, sueña con encontrar esa energía que podría salvar a pueblos de África del hambre o de la muerte y....termina trabajando para una empresa que crea bombas de racimo o misiles de carga nuclear. 
Un médico sueña en la universidad con encontrar la cura para el cáncer y tu puto Capitalismo Financiero le pone en una clínica privada quitándole la papada a cuatro ricachonas del barrio.
Es Capitalismo y presumen de sistema democrático y de libertades. Y señalan con el dedo a las dictaduras, a los sistemas totalitarios. Y los atacan porque son un peligro para tu sociedad. Pero tus putos calzoncillos están hechos en china y la gasolina de tu coche la traen de libia, y tu equipo de fútbol lo patrocina un país árabe dictatorial. Pero todo es una mierda menos su bonito capitalismo financiero democrático
La gente esta ciega joder, chico. No lo ven!
No pueden verlo, ¿sabes por que no pueden verlo? Lo sabes chico?
-supongo que no lo se-. [contesté sin dejar de escuchar sus palabras]

-No pueden porque mientras ellos han trabajado por conseguir ese bello sueño de ser felices, les están borrando su pasado. Y ahora cuando quieren mirar atrás para ver que es lo que están haciendo mal, o quien lo está haciendo mal, no ven nada mas que coches en la autopista. Humo, accidentes, gente que les pita si van despacio.

La gente pasa por delante de mi todos los días Me ven sentado en un banco, con mi cartón de vino. La mayoría me miran y no piensan “señor, ¿se encuentra bien?¿que le ha pasado?¿puedo hacer algo por ayudarle?” todos esos señores bien vestidos y esas mujeres con tacones te miran y piensan que eres deshonroso para sus vidas, intentan que sus niños no te miren. Algunos niños se acercan a acariciar a mi perro Gauss, y sus padres rápidamente les llaman, "hijo,ven!". Ellos piensan que en esta sociedad tu eres algo que ha salido mal. Pero no tienen ni idea de como ha sido mi vida.

Chico, ¿alguna vez has visto a los trileros?-.

-Mmmm...si-.

-Fíjate bien en ellos. Son auténticos artistas en lo suyo. Un tipo con tres pequeñas cubetas esconde una bola. Un joven mira fijamente el movimiento de las cubetas, la bola va de un lado a otro, aquí, ahora aquí , allí y ahora al otro lado. ¿donde esta la bolita? Es increíble lo de esos trileros no crees?-. me pregunta sonriendo.

-y eso que tiene que ver con ser feliz paseando en la playa,viejo? Aveces pienso que te gusta vacilarme, o que juegas con mi inteligencia. Me hablas de Capitalismo y ahora de trileros. 

-puede ser chico, pero piénsalo. Piensa en esos trileros. ¿No ves nada mas?-.

-Supongo que hoy no es mi día mas lucido, viejo. Perdí a las cartas-.

El viejo da una calada a otra de las muchas colillas que guarda en sus bolsillos, expulsa por su boca y nariz parte del humo y sonríe mientras mueve su cabeza asintiendo. Gira su cabeza y me mira fijamente.

-Esos trileros son tu gobierno, cualquier gobierno es un trilero. Te pide que mires atentamente esa bola, que no es otra cosa que dinero. Lo mueven de un lado a otro, te marean, te hablan y te distraen mientras lo mueven. Se mueve tanto que llega un momento en que tú sólo puedes tener ojos, boca y oídos para intentar seguir esa bola...pero ya no la ves, simplemente sigues lo que tu crees que es la bolita, tu dinero. Esta detrás de esas cubetas, llámalas como quieras, cubetas, fútbol, televisión, drogas, consumo, publicidad, como tu quieras. Y cuando de repente paran y te dice el trilero: ¿dónde está la bolita? Y tu estás convencido de donde está y levanta la cubeta, ahí no hay ….dinero.
Tienen todo bajo su control. Primero tienen entre la gente a un tipo que se hace pasar por espontaneo, que quiere jugar y que normalmente suele ganar. La gente ve a ese tipo y piensa “si el ha ganado yo puedo!”. Entonces apuestan.
A mi a ese primer tipo que apuesta y que gana y que se encarga de dejar en evidencia la astucia del trilero me gusta llamarlo oposición. En realidad no es mas que otro trilero. Tienes que tener mucho cuidado con este tipo, aveces, cuando el trilero y él se dan cuenta que la gente no confía en el juego, que hay algo raro, hacen cualquier cosa para que apuestes, porque su único objetivo es confundirte, que tú creas que puedes vencer al trilero.
Ten cuidado con este primer jugador... oposición, movimiento revolucionario, independientes, oradores, periodistas, humoristas. Tienen mil disfraces. 
Trileros, hijo. Intenta no confiar en nadie que sea trilero-.

Miré los ojos del viejo vagabundo y el miró los mios. No estoy convencido de quien estaba peor en la vida en ese momento, si el o yo. Al fin y al cabo, el ya no tenia nada que perder y yo tal vez si.

-viejo, todo eso esta muy bien pero, aveces hay gente normal que gana a los trileros, ¿no?-.le pregunté poco convencido de mi mismo.

Echó un trago a su cartón de vino y sonrió, como hacia siempre acto seguido de darle al morapio.

-Cierto, hay gente que acierta donde esta la bolita. Están saciados de dinero, cada vez les importa menos que veas como esconden la bola, como se les cae al suelo. Dejan a los incompetentes de sus hijos o sus hermanos haciéndote el truco del trilero. Delante de tu cara te roban.

Veras, los trileros saben que eso puede pasar. Que les veas hacer trampas. Ellos saben que por muy rápido que muevan sus cubetas, siempre hay gente que puede acertar donde esta la bolita. Por eso los trileros siempre quieren tener mucha gente a su alrededor, quieren que tú y él y el otro y el de mas allá estéis cerca de la mesa. ¿Nunca has visto ese gesto de los trileros? Si, levantan sus manos miran a la gente y les dicen “venid venid! Mas cerca, mirad! Mirad la bolita!”. Entonces, toda esa gente, que tú  llamas sociedad, se queda mirando fijamente la bolita, su dinero. Y hay uno entre ellos que acierta donde está la bolita, no perdió en ningún momento la concentración y acertó. El trilero acepta que tiene que pagarle lo apostado y le da el dinero. Cuando este joven ganador se dispone a sacar su cartera para guardar su dinero ganado, se da cuenta que en su bolsillo... ya no hay cartera. Estuvo tan atento a donde estaba la bolita, y con toda esa gente pegada a él, todos mirando la bolita que alguien le ha robado la cartera.
¿Sabes quien es ese alguien, hijo?-.

-Sospecho que si-.

-Cierto hijo, el banco le ha robado la cartera a nuestro joven ganador y a mucha otra gente que no sabe hacer otra cosa que mirar esas cubetas con forma de tv, de fútbol o de concierto de música. 

El gobierno, la oposición, las comisiones de los trabajadores, las asociaciones gubernamentales, algunos falsos revolucionarios y los bancos solo son eso, trileros que mueven el dinero de un lado a otro. Dinero que extrañamente desaparece-.

-Tarde o temprano la gente se dará cuenta que todo esto es una estafa y entonces actuará. ¿No crees?-. pregunto al viejo vagabundo.

-Bueno , cuando esa gente se de cuenta, querrá salir de ese corro que hay alrededor de la mesa del trilero. Se darán la vuelta y dirán que quieren irse. Querrán libertad. Intentaran salir de esa masa estúpida y llevarse a los suyos fuera de ese sucio sistema-.

-¿Saldrán?
-Bueno, ya sabes, hay antidisturbios, hay policías, ejércitos..no será fácil ¿quieres apostar?-.
-No tienes nada que ofrecerme-. Le contesto, sonriendo.
-Bueno, tu no tienes ni unas monedas para un viejo vagabundo. Estamos igual-.
-Sabes muchas cosas para ser un viejo vagabundo la verdad-.

-Tengo todo el día y toda la noche para escuchar, pensar, leer  y buscar un sitio donde dormir, mear y cagar-.
-¿No te cansa todo esto? ¿No te desesperas? ¿no se puede salir de este tipo de vida que llevas?-.

El viejo se queda por un momento mirando al cielo, como si contase las estrellas, y me pregunta:

-¿Alguna vez has temido por tu vida?-.

-Si, un par de veces-.  Contesto.

-Verás, cuando tu vida esta en peligro es distinto. Un tipo se cae por la borda de un barco, en medio del mar. ¿Qué le hace luchar por su vida? ¿Qué le hace sobrevivir? El piensa en sus seres queridos, piensa en sus hijos, o sus padres o hermanos. Si no fuera por eso, no podría sobrevivir.
El amor de la gente te da esperanza para salir adelante.
No tengo eso, simplemente es eso. No me queda esa gente por la que salir-.

El perro se acerca y frota su hocico con la pierna del vagabundo. Éste acaricia la pequeña cabeza del perro, acaricia sus orejas. Se miran.  Yo mientras me levanto del banco y vuelvo a mirar hacia arriba.

Sigo viendo las nubes, pero el viejo estaba convencido de que se veían las estrellas. Me marcho despacio hacia casa. despacio como la gente que pasea despacio.







1 comentarios:

MACKIU dijo...

ME ha encantado, y te voy a decir una cosa, si vuelvo a Australia el año que viene que seguro que si, TU vienes conmigo.... (si quieres, porque aqui hay estrellas)