
De pequeño, con apenas siete años, recuerdo acompañar a mis abuelos a comprar a la pescadería. mientras ellos compraban, yo me acercaba a una gran caja llena de cangrejos que tenía el pescadero junto a la pared. Me subía a una silla y desde ahí arriba podia ver a todos esos cangrejos intentando trepar las paredes de la caja.
Por un lado me daban miedo, pensaba que podían coger mis dedos...